EL LEVANTAMIENTO DE MAYO DE 1944 CONTRA ARROYO DEL RIO.

Levantamiento popular llamado “La Gloriosa”. Tomado de En Marcha.

"revolucionsita o revolucionsucha" segùn dijo Alejandro Moreano.

Levantamiento popular llamado “La Gloriosa”
 

La historia de nuestro país registra en su desarrollo la existencia de violentos enfrentamientos de clase, en los que el pueblo ha demostrado su decisión de luchar porque las cosas cambien en beneficio de las mayorías explotadas y de manera definitiva. Lastimosamente, la derecha se ha aprovechado de la lucha popular para sus fines y sus intereses. Expresión concreta de ello constituye el movimiento democrático armado del 28 de mayo de 1944, que acabó con el gobierno reaccionario del liberal Arroyo del Río.

Arroyo del Río asumió la presidencia fruto de un fraude electoral. Su gobierno respondía a los intereses del imperialismo norteamericano, de los banqueros, comerciantes y terratenientes. Su descarada traición a los intereses nacionales determinó el cercenamiento del territorio ecuatoriano mediante la firma del írrito Protocolo de Río de Janeiro; se entregó las Islas Galápagos y una zona de la Península de Santa Elena al ejército de los Estados Unidos, a propósito de la II Guerra Mundial.

El descontento popular creció, y el gobierno arroyista se mantuvo sobre la base de la más violenta represión desatada por el Cuerpo de Carabineros y la Ley de Facultades Especiales, expedida por el Legislativo. Arroyo, a fin de garantizar su sucesión, preparó el fraude electoral en beneficio de Miguel Ángel Albornoz. La oposición se aglutinó en la denominada Alianza Democrática Ecuatoriana (ADE), organización que auspiciaba la candidatura de Velasco Ibarra.

La cúpula de la ADE estaba dirigida por Camilo Ponce Enríquez por el Frente Democrático; Mariano Suárez Veintimilla por el Partido Conservador; Julio Teodoro Salem por el Partido Liberal disidente; Manuel Agustín Aguirre por el Partido Socialista y Gustavo Becerra por el Partido Comunista. La dirección oportunista del Partido Comunista trató de justificar esta alianza, a través de su Secretario General, Pedro Saad, quien manifestó: “…sabemos que la coalición a formarse es heterogénea; sabemos que en esa coalición, junto a los obreros, van a estar los capitalistas; que junto a los campesinos van a estar algunos dueños de tierra. Sabemos que entre ellos existen diferencias de clase. Estas diferencias no desaparecerán como por encanto, no vamos a pensar que vamos a construir un paraíso de la noche a la mañana. La lucha va a continuar entre ellos; es ésta una realidad histórica. Pero es posible que todas las fuerzas democráticas y patrióticas coincidan en algunos postulados, en algunos puntos de vista que nos permita la acción común…”, así los revisionistas justificaban la “unidad” de los partidos revolucionarios con la burguesía y el imperialismo.

La lucha popular crecía. Se realizaron manifestaciones en contra del gobierno arroyista. El palacio de Gobierno fue atacado por un grupo de jóvenes. Campesinos de Leito, Sanguisel y Payatug se levantaron en defensa de sus tierras. Los carabineros asesinaron a un menor de edad, lo que encendió la chispa de la ira popular. Las masas populares se levantaron en la tarde y noche del 28 de mayo, dotados de armas pequeñas, unos pocos con fusiles y los más con palos y piedras y arrinconaron a los carabineros en un inmueble de madera ubicado en Chimborazo y Cuenca e incendiaron el inmueble. La oficialidad de menor grado del ejército se sublevó y exigió la salida de Arroyo del Río. Se combatió por un lapso de 10 horas, cayendo asesinados 300 combatientes.

En Riobamba el pueblo arrastró y redujo a pedazos los cuerpos del Director de Seguridad Nacional, Manuel Carbo Paredes y del pesquisa Quiñónez. Se decretó un paro general de actividades y, con las armas en la mano, el pueblo se movilizaba en las principales ciudades del país. Arroyo del Río se refugió en la casa del embajador yanqui y luego salió a Colombia.

“Las condiciones de ese entonces eran tan favorables, que una correcta dirección podía haber convertido dicho movimiento en el primer paso hacia la revolución; pero todos los objetivos democráticos revolucionarios de las masas y de los sectores avanzados fracasaron rotundamente, debido a las grandes debilidades y errores con que se condujo al movimiento de masas, bajo una dirección oportunista de derecha. Los terratenientes y la burguesía impusieron la entrega del poder a Velasco Ibarra y la dirección derechista del Partido Comunista los aceptó dócilmente, decidió participar en el nuevo gobierno oligárquico con un ministerio, ordenó a las masas entregar las armas a dicho gobierno, frenó a los campesinos que querían tomar las tierras, aplacó a las masas que en las ciudades intentaban expropiar a los enemigos del pueblo”