15 XI 1922: MASACRE DE TRABAJADORES EN GUAYAQUIL: Juan Paz y Miño.


15 DE NOVIEMBRE DE 1922: MASACRE DE TRABAJADORES EN GUAYAQUIL.

POR JUAN PAZ Y MIÑO.

LA VERSIÓN OLIGÁRQUICA.- En la “Historia de Guayaquil” (publicada en 2008), que el Municipio de esta ciudad distribuye gratuitamente, se hace referencia (ps. 77 y 78) a la Revolución Obrera y los Movimientos Sociales, en estos términos: A mediados de 1922 se afirmó la crisis económica. Creció el descontento de los trabajadores . En los primeros días de noviembre estalló la huelga general de trabajadores. Los aprovecharon . La situación hizo crisis el 15 de noviembre de 1922. .
.
Sin embargo, la verdad histórica va por otro lado: los empresarios de las primeras fábricas de Guayaquil mantenían a sus trabajadores en pésimas condiciones laborales y lo mismo ocurría en las haciendas cacaoteras. Gremios artesanales, asociaciones de trabajadores de distinto género y organizaciones como la Confederación Obrera del Guayas (COG) y particularmente la Federación de Trabajadores Regional Ecuatoriana (FTRE) encabezaron la huelga general, después del éxito de los ferrocarrileros de Durán. Guayaquil fue paralizada. La oligarquía se negó a atender las demandas obreras, aunque logró que los trabajadores incluyeran en sus demandas la “incautación de giros”, una reivindicación de los comerciantes importadores afectados con la subida del dólar. El 15 de noviembre de 1922, la impresionante manifestación de trabajadores en la ciudad fue reprimida a sangre y fuego. El responsable directo fue el gobierno de José Luis Tamayo (1920-1924), abogado bancario y representante directo de estos intereses.
Para ocultar el acontecimiento, en aquellos mismos días se dijo que se había reprimido a “prostitutas” y “delincuentes”. La plutocracia guayaquileña aplaudió semejante mortandad que había salvado la “propiedad privada”, contra las “excesivas” demandas de los trabajadores, supuestamente infiltrados o influidos por el “comunismo” soviético; y saludó el haberse puesto fin a los “saqueos” y el “vandalismo”.
Tuvo que llegar la Revolución Juliana (9 de julio de 1925) -que igualmente es considerada por la visión oligárquica como “ignominiosa” para Guayaquil-, para que acabara el dominio plutocrático y se atendiera las demandas obreras, pues por primera vez fue esta Revolución la que reconoció derechos laborales como el contrato individual, salario mínimo, sindicalización, huelga, contrato colectivo. Tales derechos quedaron expresados en la Constitución juliana de 1929, pionera en proclamarlos. El Código del Trabajo de 1938 reconoció los derechos y principios laborales que la misma oligarquía nacional atacó, por entonces, como “comunistas”. Entre otras obras, los testimonios directos de lo sucedido en Guayaquil, recordados por algunos dirigentes y protagonistas a quienes todavía se pudo consultar, se encuentran en los 2 tomos del libro “El 15 de Noviembre de 1922”, publicados en 1982 por el INFOC y la Corporación Editora Nacional. (JPM)