GUAYAQUIL, CIUDAD DE INMIGRANTES.
(Breve respuesta a los dislates de Melvin Hoyos.)
(Breve respuesta a los dislates de Melvin Hoyos.)
Por Jorge Núñez Sánchez
“Desde hace muchísimos años, fue a Guayas donde vino a parar la gente más primitiva e ignorante del país, para ver como mejoraban sus condiciones de vida, valiéndose de los Guayacenses y
particularmente de los Guayaquileños
para lograrlo.” Melvin Hoyos, Director de Cultura
de la Municipalidad de Guayaquil.
para lograrlo.” Melvin Hoyos, Director de Cultura
de la Municipalidad de Guayaquil.
Sabemos que el odio y la xenofobia son malas hierbas que crecen dondequiera. Pero cuando las agita quien ejerce como “Director de Cultura” de una gran ciudad, como es Guayaquil, cobran
visos de intolerable ofensa al público del país entero.
Melvin Hoyos afirma que Guayaquil ha sido invadida “desde hace muchísimos años” por “la gente más primitiva e ignorante del país” y, de este modo, trata de manchar con sus groserías a la
imagen de los migrantes que en todos los tiempos llegaron a nuestro puerto, el cual es una respetable urbe ecuatoriana, pero que Hoyos, con su enfermiza visión regionalista, cree que es
un rincón de exclusiva propiedad de las grandes familias de la oligarquía porteña, a las que él defiende y de las cuales no es más que un obediente servidor.
Ciertamente es asunto digno de relievar el que Guayaquil haya sido y sea una ciudad abierta a todas las gentes, ideas, iniciativas y negocios; una ciudad que es “puerto y puerta del
país”, como lo previeron ya sus primeros gobernantes; un encantador puerto fluvial en el que confluyen las últimas montañas del Ande ecuatorial y las primeras aguas que llegan del Mar
Pacífico, y en el que se mezclan las lenguas y dialectos nativos con las voces venidas de todos los rincones del mundo. Por lo mismo, solo la ruindad y el egoísmo regionalistas, solo el
más triste y estrecho localismo, junto a una descarada xenofobia, pueden inspirar expresiones como las que ha publicitado en estos días el tristemente célebre Director de Cultura de la
Municipalidad de Guayaquil.
Lo conocíamos como un odiador enfermizo de la memoria del Libertador Simón Bolívar, a quien ha llegado al extremo de calificarlo como “un traficante de armas”, que se habría aprovechado
de la riqueza e ingenuidad de los guayaquileños. En ese ámbito, acompañado por un grupo de aprendices de la historia, en su mayoría feroces regionalistas, agrupados en la mal llamada
“Confraternidad Camilo Destruge”, ha buscado borrar el nombre de Bolívar de la ciudad cuya independencia protegió enviando tropas colombianas dirigidas por Sucre, de la ciudad a la que el
Libertador consultó si quería ser colombiana y de la ciudad a la que él liberó, años más tarde, de la ocupación militar peruana.
De otra parte, Hoyos y su grupo han tratado de convertir a la memoria histórica de Guayaquil en un arma arrojadiza contra todo el que no comparta su estrecha visión del mundo. Y digo que
esa confraternidad está mal llamada con el nombre de nuestro afamado historiador Camilo Destruge, por cuanto éste fue un ecuatoriano de bien, que buscó entender la historia de nuestro
país con un criterio unitario y generoso, muy distinto al que cultivan sus pretendidos seguidores. Baste señalar la visión equilibrada y la alta verdad con que trató las acciones del
libertador Simón Bolívar respecto de Guayaquil, consignadas en su libro “Revolución de octubre y campaña libertadora”, y la defensa que hizo de la Revolución Quiteña de 1809 como el
Primer grito de la independencia americana, a través de su libro “Controversia Histórica sobre la Iniciativa de la Independencia Americana”.
Resulta, pues, de un oportunismo vergonzoso el que Hoyos y sus adláteres hayan tomado el nombre del más afamado historiador guayaquileño del siglo XIX para bautizar una confraternidad
político-intelectual que niega las ideas fundamentales de su patrono, el doctor Camilo Destruge, ideas de unidad nacional y patriotismo, que, por lo demás, han sido compartidas por los
grandes historiadores guayaquileños del siglo XX, como Alfredo Pareja Diezcanseco, Francisco Huerta Rendón y otros.
Pero volvamos al asunto que motiva esta respuesta, que es el de analizar la falsedad de las afirmaciones últimas de Hoyos, que comienzan por ofender a sus propios jefes políticos y
sociales. En efecto, inmigrantes que llegaron a Guayaquil en busca de refugio y/o fortuna, fueron o son los siguientes personajes:
– Los SEMINARIO, originarios del Perú, que descienden de hacendados y fabricantes de jabón de Piura.
– Los ELIZALDE, de parecida procedencia, que migraron de Lima a Piura y más tarde a Guayaquil.
– Los FEBRES CORDERO, de origen venezolano, parientes lejanos, y nada más, del héroe del 9 de octubre de 1820, capitán León de Febres Cordero.
– Los AROSEMENA, de origen panameño, llegados al Ecuador a mediados del siglo XIX.
– Los NEBOT, de origen catalán, el primero de los cuales llegó a Guayaquil en una de esas olas de migración que azotaron a la empobrecida España del siglo XIX.
– Los ELIZALDE, de parecida procedencia, que migraron de Lima a Piura y más tarde a Guayaquil.
– Los FEBRES CORDERO, de origen venezolano, parientes lejanos, y nada más, del héroe del 9 de octubre de 1820, capitán León de Febres Cordero.
– Los AROSEMENA, de origen panameño, llegados al Ecuador a mediados del siglo XIX.
– Los NEBOT, de origen catalán, el primero de los cuales llegó a Guayaquil en una de esas olas de migración que azotaron a la empobrecida España del siglo XIX.
Pasemos ahora a ver algunos ejemplos del aporte que los inmigrantes han hecho a la independencia, progreso, cultura y merecida fama de Guayaquil.
Comienzo por hablar de la independencia del puerto y su provincia, que se inició la noche del 8 al nueve de octubre de 1820, ocasión en que un grupo de patriotas se reunieron en la casa
de un inmigrante luisianés, el futuro general JOSÉ DE VILLAMIL, casado con la porteña Ana de Garaicoa y Llaguno, para conspirar contra el poder colonial y efectuar una proclama de
libertad. Pues, bien, en aquella célebre conspiración tuvieron papel fundamental un grupo de inmigrantes venezolanos, los capitanes patriotas LEÓN DE FEBRES CORDERO, LUIS URDANETA Y
MIGUEL LETAMENDI, antiguos oficiales del rey de España en el batallón “Numancia”, asentado en el Perú, que se habían pasado a las filas patriotas y vinieron a Guayaquil para ayudar a su
independencia. Junto a ellos participó, entre otros, un cacique indígena del Cuzco, el teniente HILARIO ÁLVAREZ, que estaba al mando de un batallón de indígenas que formaban parte de las
tropas del rey en el puerto. Y también un grupo de “milicias de pardos”, formadas por negros y mulatos, bajo el mando del comandante JOSÉ MARÍA PEÑA.
Entre las cabezas pensantes de esa revolución destacaba también un “interiorano” de Latacunga, el brillante abogado doctor LUIS FERNANDO VIVERO, de quien ha escrito el historiador
Destruge: “El doctor Vivero, patriota de corazón, de ideas muy avanzadas, de sentimientos republicanos, prestó, desde el primer momento, el precioso contingente de sus luces, de su
inteligencia, de sus influencias y esfuerzos en todo sentido, para la Revolución que se preparaba.” (“Revolución de Octubre y Campaña Libertadora”, 1ª ed., 1920, p. 169).
Revelada la presencia de inmigrantes, “interioranos”, indios y negros en la independencia de Guayaquil, veamos los nombres de algunos provincianos del Ecuador que, ya en la época
republicana, migraron a Guayaquil y aquí se destacaron por su talento, sus iniciativas y los esfuerzos con que contribuyeron al desarrollo de esta ciudad portuaria:
MODESTO CHÁVEZ FRANCO, notable escritor, historiador y político, nacido en Santa Rosa, Provincia de El Oro, el 22 de noviembre de 1872, y que fuera Diputado por la Provincia del Guayas,
Cronista Vitalicio de Guayaquil y por 25 años Director de su Biblioteca Municipal y de su Museo Municipal.
LAURO DÁVILA ECHEVERRÍA, intelectual orense nacido en Pasaje, el 18 de agosto de 1885. Fue autor de la letra del pasillo “Guayaquil de mis amores”, cuya música pertenece a otro
inmigrante: el libanés NICASIO SAFADI, que la grabó por primera vez en compañía de Enrique Ibáñez Mora.
CÉSAR BORJA LAVAYEN, nacido en Quito, en 1851. Fue hijo de un militar serrano y fue luego un afamado médico, científico, escritor, diputado por Guayas, alcalde de Guayaquil, ministro y
político de altos perfiles.
RITA LECUMBERRI ROBLES, célebre escritora y educadora autodidacta, nacida en Montecristi, Manabí. Fue directora de escuelas en Yaguachi y Guayaquil. En este puerto fundó una Academia
Nocturna de Señoritas, entregando para ello su propia casa. Autora de varias obras y colaboradora del periódico Guayaquil Artístico, fue condecorada con medalla de oro por la
Municipalidad de Guayaquil. El gobierno nacional puso su nombre al primer colegio normal de señoritas creado en Guayaquil, en 1906.
TELMO VACA DEL POZO, renombrado abogado, poeta, periodista, tratadista de Derecho Civil y orador de fama, nacido en Chimbo, Provincia de Bolívar, hacia 1900. Fue Diputado por la Provincia
del Guayas, Secretario del Congreso Nacional y Subcontralor General de la Nación. Autor de la letra del pasillo Vamos linda.
EVANGELISTA CALERO, progresista artesano nacido en 1877 en Sicoto, Provincia de Bolívar, que emigró siendo niño a Guayaquil, donde fundó la primera industria moderna de calzado, la que
luego tuvo sedes en otras ciudades del país, llegando a ser calificado como “Rey del calzado en Ecuador”.
ÁNGEL ORTEGA, otro migrante de origen bolivarense (La Asunción, 1915), que se asentó en Guayaquil, despuntó en los negocios y llegó a ser Senador Funcional por el Comercio de la Costa, en
1968.
LUIS NOBOA NARANJO, migrante de origen tungurahuense, que nació en Ambato, el 1º de febrero de 1916. Tras quedar huérfano de padre, emigró a Guayaquil junto con su madre y hermanos y
luego, por sus méritos, escaló posiciones hasta que se convirtió en uno de los más poderosos empresarios del país y del mundo. Fue padre de LUIS, ÁLVARO e ISABEL NOBOA PONTÓN, hoy
afamados personajes de la sociedad guayaquileña.
FRANCISCO PAREDES HERRERA, migrante de origen azuayo y filiación socialista, que nació en Cuenca, el 8 de septiembre de 1891. Llegó a Guayaquil en los años veintes, formado ya como
músico, y aquí fue Director Artístico de la Casa Musical Feraud. Autor de memorables composiciones, tales como: El alma en los labios, Horas de Pasión, Rosario de besos, Canta hermanita
obrera, Vamos linda, Unamos los corazones, La tristeza está en mí, Como si fuera un niño, Tú y Yo. Sus obras fueron grabadas desde los años veintes por cantantes operáticos mexicanos. Es
considerado el más fecundo compositor nacional (857 composiciones), por lo cual fue bautizado como “El príncipe del pasillo ecuatoriano”.
JOSÉ ABEL CASTILLO ALBORNOZ, migrante ambateño nacido el 17 de noviembre de 1854 y que llegó a Guayaquil de 12 años de edad, convirtiéndose en breve tiempo en un gran luchador de la
Revolución Liberal. En 1896 reactivó el diario El Telégrafo, cerrado por la tiranía del gobernador José María Plácido Caamaño, y luego se convirtió en su director y también en su
propietario, tras comprarlo a su fundador, Juan Murillo Miró. En 1920 adquirió el avión “Telégrafo I” y encargó su operación al piloto italiano Elia Liut, por lo que fue proclamado
“Precursor de la Aviación Civil del Ecuador”. Fue padre de los destacados intelectuales porteños José Santiago Castillo, María Piedad Castillo de Levi, Celeste Graciela Castillo, Manuel
Eduardo Castillo y Abel Romeo Castillo.
ISMAEL PÉREZ PAZMIÑO, escritor, historiador y periodista nacido en Machala en 1876, quien a los treinta años de edad se estableció en Guayaquil, donde fundó el diario El Universo, tras
haber fundado varios otros periódicos en su provincia natal. Fue Senador por El Oro, miembro de la Junta de Defensa Nacional y Presidente de la Cruz Roja del Guayas. Fue padre de varios
prestigiosos hijos: Ismael, Sucre, Francisco, Efraín y Franklin Pérez Castro.
NICOLÁS CASTRO BENÍTEZ, intelectual orense que nació en Machala, el 29 de marzo de 1922. Fue un acreditado jurista, profesor universitario y legislador, que fue electo por seis ocasiones
al Congreso Nacional, como senador o diputado, en representación tanto de Guayas como de El Oro.
LUIS AUGUSTO MENDOZA MOREIRA, respetado maestro, geógrafo, historiador y periodista manabita, que nació en Portoviejo, el 4 de junio de 1900, y se asentó más tarde en Guayaquil invitado
por el diario El Universo, después de haber ocupado importantes funciones públicas en su provincia natal. En el puerto fue Vicerrector del normal Rita Lecumberry, miembro fundador de la
Casa de la Cultura Ecuatoriana Núcleo del Guayas. También fue Senador Funcional por la prensa y las instituciones culturales.
HUGO MAYO (Miguel Augusto Egas Miranda), manteño de nacimiento (24 de noviembre de 1895), afamado escritor vanguardista, que desarrolló su obra intelectual en Guayaquil, donde fundó las
revistas Singulus y Motocicleta, teniendo como Secretario al joven Leopoldo Benites Vinueza.
JOSÉ MARÍA EGAS, celebrado poeta romántico, nacido en Bahía de Caráquez, el 28 de noviembre de 1896. Emigró luego a Guayaquil, donde fue Miembro de la Casa de la Cultura Ecuatoriana,
Miembro de Número de la Academia Ecuatoriana de la Lengua y Correspondiente de la Real Academia Española. En 1976 fue coronado con laureles de oro por la Municipalidad y la ciudadanía de
Guayaquil.
ÁNGEL FELICÍSIMO ROJAS, afamado escritor realista, académico, abogado e historiador lojano, nacido en 1909 y finalmente radicado en Guayaquil. Autor de las novelas Banca, El éxodo de
Yangana, Curipamba y El Club de los Machorros, además de importantes cuentos y ensayos sobre la cultura ecuatoriana. En 1997 recibió en Premio Nacional Eugenio Espejo.
ADALBERTO ORTIZ QUIÑONEZ, reputado novelista, poeta, pintor y diplomático ecuatoriano, nacido en Esmeraldas el 9 de febrero de 1914 y más tarde radicado en Guayaquil, donde fue secretario
de la Casa de la Casa de la Cultura, Núcleo del Guayas, durante 19 años y laboró en la Secretaría de la Escuela Superior Politécnica del Litoral. Autor de obras premiadas, recibió la
condecoración nacional “Al mérito literario” en 1986 y en 1995 el Premio Nacional Eugenio Espejo, por la totalidad de su obra intelectual.
VOLTAIRE PALADINES POLO, periodista y dirigente deportivo nacido en Santa Rosa, Provincia de El Oro, en 1915. Emigró a Guayaquil siendo niño y con su propio esfuerzo se formó y progresó
hasta convertirse en un afamado periodista radial, que gerenció la radio CRE y fundó el Sistema de Emisoras Atalaya. En 1958 fue nombrado Presidente de la Federación Deportiva del Guayas,
función desde la cual promovió la construcción del Estadio Modelo Guayaquil y del Coliseo Cubierto que hoy lleva su nombre. También fue Presidente del Comité Olímpico Ecuatoriano, desde
1974, y Gobernador del Guayas (1962-63).
ORLANDO ALCÍVAR SANTOS, nacido en Bahía de Caráquez, Manabí, el 7 de diciembre de 1939, aunque figura en publicaciones como un prestigioso abogado y político guayaquileño. Fue
representante del Guayas por el Partido Social Cristiano (1977),sSecretario de la Administración y Ministro de Industrias del gobierno de Osvaldo Hurtado, asambleísta constituyente en
1998 y columnista del diario El Universo.
CÉSAR ROHON HERVAS, nacido en Quito, el 3 de enero de 1956, que fuera Presidente de la Cámara Nacional de Pesquería por casi 20 años, alto dirigente del Partido Social Cristiano y actual
asambleísta nacional por Guayas.
FRANCISCO ALARCÓN FERNÁNDEZ SALVADOR, Presidente de la Cámara de Industrias de Guayaquil, función en la que ha sido sustituido por su hijo FRANCISCO ALARCÓN ALCÍVAR
De otra parte, aunque no fueron migrantes ellos mismos, vale mencionar a algunos hijos y nietos de migrantes que en el pasado se asentaron en el puerto, los cuales, en algunos casos, han
dado prestigio a Guayaquil y al país entero. Comencemos por los varios Presidentes de la República nacidos en este puerto y de muchos de los cuales su ciudad se enorgullece:
VICENTE RAMÓN ROCA, hijo de un inmigrante panameño que llegó a nuestro país como oficial del “Batallón de Pardos” que vino a reprimir la Revolución de los Estancos, y terminó asentándose
en el puerto y dedicándose al comercio.
CARLOS ALBERTO ARROYO DEL RÍO, descendiente de un político colombiano exiliado en Guayaquil y de una guayaquileña hija de padre colombiano.
CARLOS JULIO AROSEMENA TOLA, CARLOS JULIO AROSEMENA MONROY y OTTO AROSEMENA GÓMEZ, descendientes del inmigrante panameño Eduardo Arosemena Merino, quien llegó al Ecuador en 1865 y más
tarde fue uno de los directivos del Banco Nacional y luego intrerventor y Gerente del Banco del Ecuador.
LEÓN FEBRES CORDERO RIBADENEYRA, descendiente de un inmigrante venezolano (Febres) y de una familia de inmigrantes norteamericanos (Tyler).
ABDALÁ BUCARAM, deportista, abogado y político guayaquileño, descendiente de inmigrantes libaneses.
ALFREDO PALACIO, médico cardiólogo, hijo del afamado escultor lojano Alfredo Palacio.
Y agreguemos, finalmente, a algunos personajes que han dado fama y prestigio a Guayaquil, quienes han sido o son descendientes de inmigrantes procedentes de otros países u otras
provincias del país:
CAMILO DESTRUGE ILLINGWORTH, ilustre periodista, historiador y museógrafo, hijo de un inmigrante venezolano y nieto de un militar británico de la independencia. Fue Director de la
Biblioteca Municipal de Guayaquil y fundador del Museo Municipal, en 1909. “Cronista Emérito de Guayaquil”.
CARLOS PUIG VILAZAR, insigne abogado, periodista, legislador y político, hijo de un inmigrante catalán.
PEDRO JORGE VERA, notable escritor, periodista y dramaturgo, verdadero maestro de las letras ecuatorianas, quien era hijo de madre peruana, al igual que el escritor JOSÉ DE LA CUADRA y el
novelista, historiador y diplomático ALFREDO PAREJA DIEZCANSECO.
JORGE PÉREZ CONCHA, prestigioso escritor, periodista, internacionalista y diplomático, hijo de madre esmeraldeña.
ALFREDO ESPINOSA TAMAYO, médico, investigador científico, sociólogo, sicólogo y pedagogo guayaquileño, nacido en 1880, hijo de un migrante quiteño y una dama guayasense.
JOSÉ MARÍA ROURA OXANDABERRO, pintor y dibujante catalán nacido en Barcelona, por 1882, y que se radicó finalmente en Guayaquil, ciudad a la que retrató con sus óleos, dibujos y
plumillas, que muestran los paisajes urbanos de inicios del siglo XX.
FORTUNATO SAFADI EMEN, notable médico e investigador científico, nacido en 1925 e hijo de inmigrantes libaneses, quien más tarde sería Rector de la Universidad de Guayaquil.
TOTY RODRÍGUEZ, afamada modelo, cantante, actriz de cine y de teatro, que fuera Miss Ecuador en 1960, y que es hija de un inmigrante imbabureño y una madre riosense.
RODOLFO BAQUERIZO NAZUR, reputado ingeniero, constructor y urbanista, nacido en la provincia de Los Ríos, quien se radicó luego en Guayaquil y fuera fundador y primer Presidente de la
Cámara de la Construcción y de la Federación Nacional de Cámaras, antes de ser Presidente de la Cámara Nacional de Representantes, entre 1982 y 1983.
GALO GALECIO TARANTO, notable artista plástico nacido en Vinces, Los Ríos, y formado en la Escuela de Bellas Artes de Guayaquil y la Academia Nacional de Bellas Artes, de México. Llevan
su nombre la sala del Museo Antropológico y de Arte Contemporáneo (MAAC) de Guayaquil y una calle de la ciudad.
JUAN VILLAFUERTE ESTRADA, renombrado artista plástico guayaquileño nacido en 1945, hijo del comerciante Manuel Villafuerte Freire, originario de Pelileo, Tungurahua, y de la migrante
bolivarense Rosa Elena Estrada. Estudió en la Escuela de Bellas Artes de Guayaquil y más tarde en la Escuela de Bellas Artes de Barcelona, donde finalmente se radicó. Murió a los 32 años
de edad, pero dejó una notable obra artística, marcada por la desbordada imaginación y el sorprendente trazo de sus dibujos.
JULIO JARAMILLO LAURIDO y PEPE JARAMILLO LAURIDO, afamados cantores, descendientes, por línea materna, de uno de los negros jamaiquinos llegados al Ecuador para la construcción del
ferrocarril Guayaquil–Quito.
ALBERTO SPENCER, gloria del deporte ecuatoriano y luego funcionario diplomático, de similar origen, al igual que los hermanos JACINTA y PABLO SANDIFORD.
En síntesis, este breve análisis ha buscado mostrar dos cosas:
1ª.- Que también los grandes señores de la oligarquía guayaquileña, que Melvin Hoyos piensa que eran peninsulares y fundadores de la ciudad, fueron en muchos casos gentes modestas, que
llegaron a nuestro puerto en busca de refugio y fortuna, y que progresaron a base de su trabajo e iniciativas propias, y no aprovechándose de la ingenuidad o simpleza de los
guayaquileños, como este funcionario municipal sugiere perversamente; y,
2ª.- Que los inmigrantes que llegaron a Guayaquil desde otras provincias ecuatorianas, a los que Hoyos califica como “la gente más primitiva e ignorante del país”, en realidad fueron y
son gentes que han aportado, cada uno en la medida de sus capacidades, al desarrollo y prestigio de esta ciudad portuaria, por lo que merecen respeto y, en muchos casos, incluso
reconocimiento público.
Eso es todo.
Dr. Jorge Núñez Sánchez
Historiador, escritor y periodista.
Director Honorario de la Academia Nacional de Historia.
Historiador, escritor y periodista.
Director Honorario de la Academia Nacional de Historia.
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OMADO DE EL TELEGRAFO,