LA ACADEMIA GUAYAQUILEÑA NO SOLO SE HA ESTANCADO: Angel Emilio Hidalgo.

LA ACADEMIA GUAYAQUILEÑA NO SOLO SE HA ESTANCADO...


 
18 FEBRERO 2012: EL COMERCIO.

 ‘Guayaquil tiene varias identIdades

la propuesta es pensar a Guayaquil.
 
 El investigador Ángel Emilio Hidalgo escribió su tercer libro de historia: ‘Entre dos aguas: tradición y modernidad en Guayaquil (1750-1895)’, que indaga en lo que llama la “guayaquileñidad”. En el libro sostiene que los guayaquileños no tienen una sola identidad, sino varias. 
 
¿Por qué se dice que todos son “madera de guerrero”? 
Son frases hechas por los políticos, un instrumento que emplean. No hay una sola identidad, sino muchas por las diferencias de clase y de etnias que existen. 
 
¿Por qué lo estudia a partir de 1750 para entender al Guayaquil actual? 
Porque es en la Colonia donde se configura su creación y desarrollo. Guayaquil es una ciudad española. La de ahora es el resultado de un cruce biológico, genético y cultural de diversos grupos. 
 
¿Qué heredaron los guayaquileños de la Colonia? El racismo, que es una lacra. 
 
¿Cuáles son los principales actores sociales que actualmente tiene Guayaquil? 
Son tres. Una burguesía mercantil, que nace con el primer auge cacaotero de Guayaquil a finales del Siglo XVII; las clases medias -abogados, escritores, etc.- que abren un campo de acción liberal; y los sectores populares. 
 
¿En qué se diferencia la burguesía guayaquileña de antaño de la actual? 
A inicios del siglo XX había una clase capitalista que sí pensaba. Ejercía la función social que le correspondía como clase dirigente. Hoy ni siquiera lee, no se ilustra. 
 
¿En qué momento esa clase adinerada, según usted, dejó de ilustrarse? 
Fue un proceso que empezó con la caída de la agro-exportación de cacao en los años 20. Ante la crisis buscaron fuentes de ingresos que no sean culturales. Y en los años 40, la burguesía perdió su papel histórico por el discurso del liberalismo laico. 
 
¿Qué ejemplos podría mencionar para sostener ese supuesto declive cultural? 
Basta con fijarnos en el número de revistas culturales que empiezan a decrecer en Guayaquil a partir de la década de los 30. 
 
¿Qué lee en estos días la burguesía guayaquileña ? 
Condorito o Play Boy. No quiere educarse, solo hacer plata. 
 
 
¿Lo puede probar? 
Lo digo a manera de broma, pero se sabe que actualmente no hay iniciativas culturales de las élites. 
 
En su libro critica la carencia de educación superior en Ciencias Sociales en Guayaquil. ¿Esto qué provoca ? 
Que sigamos estancados. ¿Cómo es posible que en una ciudad con 3 millones de habitantes no exista una carrera de Historia ni de Arqueología? 
 
El Gobierno anuncia que se va a crear una Universidad de las Artes en Guayaquil… 
Sí, eso está bien para los artistas, pero ¿dónde quedan los sociólogos, los historiadores, los antropólogos, los politólogos? Yo me tuve que ir a Quito para sacar mi magíster de Historia. 
 
¿En las ciudades que sí existen esas carreras es distinto? 
Sí. Cuenca está haciendo una labor importante en esa área . El caso más sobresaliente es el de la academia quiteña. Las mejores universidades están allá, como la Andina Simón Bolívar y la Flacso. 
 
¿La academia guayaquileña se ha quedado estancada? 
No solo se ha estancado, ha retrocedido. Si se revisa las publicaciones que hacía la Universidad de Guayaquil en 1912, se ven trabajos formidables. 
 
¿Cuál es la corriente de pensamiento en la ciudad? 
En lo político, desde hace 20 años vivimos administraciones municipales de un partido reaccionario ante la cultura. Ese aspecto ideológico de tipo conservador ha incidido para que no puedan desarrollarse otras líneas de pensamiento cuestionador.