LA GUERRA DE LOS CUATRO REALES: ABRIL DE 1978.

LA GUERRA DE LOS CUATRO REALES. ABRIL DE 1978.

Esta es la historia de mi pueblo, de mi ciudad, bien hacen en temer a Quito, saben a lo que se enfrentan, es mejor no provocarnos, cuantos se han caído, que orgullo ser su hija.
Archivo Metropolitano de Historia - Quito.
 
1978: LA “GUERRA DE LOS CUATRO REALES”
Uno de los momentos más altos de la lucha popular en las últimas décadas, se produjo en abril de 1978, durante la denominada “Guerra de los cuatro reales” o “Jornadas de abril”. 
 
El Triunvirato Militar de entonces (1976-1979), había decretado el alza de cuarenta centavos en el transporte público; esto encendió los ánimos de estudiantes, obreros y pobladores, quienes se lanzaron a las calles a rechazar la medida. La movilización de los barrios de Quito, jugó un papel importante en las jornadas de lucha de abril del 78; de ahí que estas han sido recordadas como una de las más largas, masivas y combativas de las últimas décadas.
 
Los primeros días de abril la capital ecuatoriana vivió una auténtica ‘guerra campal’, protagonizada por los choques entre estudiantes universitarios y secundarios contra las fuerzas policiales y posteriormente militares. Los diarios mostraban las secuelas de estos enfrentamientos, un titular del diario El Comercio en esos días decía, “Alterada la vida normal de la ciudad” e informaba al país que, “la capital mostró ayer una faz alterada y las actividades ordinarias se cumplieron a medias o se interrumpieron al continuar los incidentes iniciados en protesta por la elevación de los pasajes en 40 centavos”. 
 
La tranquilidad de la capital y las actividades cotidianas de sus habitantes se veían afectadas por las protestas estudiantiles, y estas cada vez adquirían niveles de violencia por la fuerte represión policial, incluso por la reacción de ciertos choferes que sacaron a relucir armas de fuego para defender a sus unidades de transporte, apedreadas, destruidas y en algunos casos incendiadas por los manifestantes. Estas escenas eran como el premio a esa rebeldía estudiantil, que veía como las autoridades gubernamentales eran indiferentes a su pedido.
 
La Federación de Estudiantes Secundarios de Pichincha declara un "paro activo" en toda la ciudad, lo cual suponía paralizar las labores estudiantiles, pero la acción directa en contra de la elevación seguiría en las calles y barrios. La mayoría de los colegios fiscales de hombres y mujeres se unieron a las protestas, incluso colegios particulares.
 
 Decía un testimonio, “Yo soy del San Gabriel y aunque es un colegio religioso, casi todos están en desacuerdo con el alza. Con algunos compañeros nos sentamos a discutir para ver la manera de ayudar a los compañeros de los colegios fiscales que están peleando en las calles. Por lo mismo no le puedo decir mi nombre para evitarme problemas en el colegio”. Los testimonios aumentaron, así como la represión, se invadieron los predios universitarios para detener a los estudiantes, los establecimientos secundarios fueron vigilados por la policía, e incluso el Ministerio de Educación llegó a clausurar los colegios Mejía y Montùfar. El caos y la incertidumbre, atrapaban a la cotidianidad de la urbe capitalina.
 
El historiador Patricio Ycaza (1952-1997), recogía de esta manera el acontecimiento, “las jornadas de abril contribuyeron a la aparición de formas de auto organización popular, los Comités de Defensa Popular constituidos por el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), en las barriadas periféricas de la capital”. El MIR tenía militantes universitarios y secundarios, son ellos los que ven la necesidad de trasladar la lucha a los barrios de Quito. Obreros, amas de casa, campesinos migrantes, empleados con bajos salarios, desempleados, estudiantes, toda la población pasaba a la acción directa. El pueblo de Quito se tomaba las calles. “Soy simplemente una moradora del barrio, más no podía permanecer indiferente, después de todo esta medida nos afecta especialmente a nosotros, no podíamos dejarles solos a los estudiantes (…) Soy empleado público de ninguna organización política, vivo pobre pero honrado, que suban los pasajes es injustificable, esto tenía que reventar, y si no participábamos había que apoyar”.
 
Los Comités de Defensa Popular jugaron un papel decisivo. La lucha se extendió con la consolidación de estos comités, respuesta concreta no solo frente al alza de pasajes, sino a las condiciones de pobreza de la población. Así lo describía el testimonio de un poblador de Quito, “la lucha por el alza de pasajes, se enmarca en la lucha más amplia de defensa de la vida contra el proyecto explotador de la burguesía.
 
 Por otro lado los comités, luchan contra toda política estatal y contra la ofensiva ideológica de las clases dominantes. Se lucha contra los especuladores de los barrios, se lucha por el derecho a la protesta, a la unidad de la población”. Sin duda que los estudiantes y pobladores de los barrios de Quito, dieron un ejemplo de unidad y organización a otras fuerzas políticas (centrales sindicales, partidos de izquierda), que no aparecían y que sin duda no alcanzaban a entender la irrupción espontánea de las masas. Fueron alrededor de 17 Comités de Defensa Popular que se conformaron en distintos barrios populares de Quito, y que junto a los estudiantes fueron los protagonistas de las movilizaciones durante casi todo el mes de abril de 1978. (HG)
 
Fuentes: Diario El Comercio, Abril de 1978. Libro, La Guerra de los cuatro reales: recopilación de testimonios del pueblo de Quito, de varios autores. Libro, Historia del movimiento obrero ecuatoriano”, Tomo II, Patricio Icaza.